La
Reina del cielo,
la
Madre de Dios,
en
Lourdes, benigna,
su
trono fijó.
Ave,
Ave, Ave María...
Del
cielo ha bajado
la
Madre de Dios,
cantemos
el «Ave»
a
su Concepción.
Ave,
Ave, Ave María...
Un
largo rosario
que
el cielo labró
sostiene
en sus manos
más
puras que el sol.
Ave,
Ave, Ave María...
«Haced
penitencia
y
ardiente oración
por
los pecadores
que
ofenden a Dios».
Ave,
Ave, Ave María...
Aquí
los enfermos
encuentran
vigor;
aquí
luz y vida
halla
el pecador.
Ave,
Ave, Ave María...
Hoy celebramos la
fiesta de la Virgen de Lourdes. Cuenta la historia que el 11 de febrero de
1858, en la villa francesa de Lourdes, a orilla del río Gave, apareció la
Virgen María ante una niña de 14 años, llamada Bernadette (Bernardita)
Soubirous. Esta niña había salido junto a sus dos amigas en buscar de leña, en
la Roca de Masabielle. Para ello tenían que atravesar un pequeño río, pero como
Bernardita sufría de asma, no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de
aquel riachuelo estaban muy heladas. Por eso ella se quedó a un lado del río,
mientras las dos compañeras iban a buscar la leña. Fue en ese momento, que
Bernardita vio a Nuestra Madre, y rezaron juntas. A los pocos días, la Virgen
vuelve a aparecer ante Bernardita en la misma gruta. Después de los testimonios
de varias personas que la vieron, recién en 1992, el Papa Juan Pablo II
instituyó la celebración de la “Jornada Mundial del Enfermo” ese mismo día.
LA GRUTA DE LOURDES: MASSABIELLE
En este santo lugar la Madre de Dios
visitó a Santa Bernardita y le dijo:
"YO SOY LA INMACULADA
CONCEPCIÓN"
La presencia maternal de la Virgen se
siente fuertemente y ha hecho de la gruta un perenne lugar de oración. El mayor don que aquí recibimos de la Virgen
es el amor divino. El corazón se
inflama con deseos de ser fieles hijos de la Iglesia.
Después de Guadalupe, Lourdes es el
santuario mariano mas visitado del mundo.